
Los arboles de duraznos estaban en flor. Yo tenia 3 años y tu llegaste cuando solo faltaban 13 dias para que tuviera 4 flamantes años... Paracía que la vida estaba de fiesta.
Pero Yo estaba celosa.
Fui el bebé por default. Mi hermano mayor me llevaba justamente 22 años. Y me iba a dar un sobrino. A mi, que contaba con solo 3 años!!! Mama me trataba de convencer de que nada mejor en el mundo me podia pasar, que al fin tendria alguien con quien jugar, alguien casi, casi de mi edad... Yo me sentia inmensamente infeliz.
Mi hermano y su esposa llevaban mas de una semana en nuestra casa, me decian que pusiera mi oido pegado a la inmensa panza de tu mama y yo refunfuñaba, no queria, y salia corriendo, corria y corria hasta que el corazon me latía tan fuerte como a un gorrión asustado.
Ese día fue asi. Tu mama empezó con dolores en la madrugada. La casa se despertó de golpe y sus habitantes empezaron a correr de un lado a otro anunciando que a esa bendita hora a ti te parecia la mejor hora para venir a este mundo.
Todos menos yo.
Yo me aferraba a ese sueño rarisimo en el que soñe que corria entre los arboles de durazno y en medio estaba alguien que me mostraba que la primer flor de durazno al fin se habia abierto. Finalmente abri mis ojos y al ver de lo que se trataba, me hice bolita entre mis cobijas hasta que mi papa destapó mi cabeza y con la sonrisa mas bella del mundo dijo que ya no tardaba en tener un nuevo amiguito.
Recuerdo que tome su gran cara entre mis pequeñas manitas y le dije mirandolo fijamente que nunca, nunca, podria quererte ni un poquito. Que todo mi amor era para él.
Me vestí y tu mama gritaba de dolor, eso me asusto mucho y me hizo salir corriendo entre los campos de trigo, corrí y corrí tan rápido como me lo permitieron mis piernas, hasta que ya no escuche nada. Paré en seco. De pronto oí tu llanto, los pajaros salieron volando asustados y yo supe que tenía que regresar.
Caminé despacito, mi razón me decia que fuera lento, pero el corazón me decia que corriera. Asi que corrí, abri la puerta de golpe y subí las escaleras, y ahi estabas tu, tu en sus brazos, rodeado de todos, todos, que me vieron con cara de bicho raro cuando dije que queria verte.
Tu mama se inclinó y ahi estabas tu. Envuelto en cobijitas con olor a manzana, ella me pregunto que como queria que te llamaras, yo dije que no sabia, solo queria que empezara con F. Te llamaron Flavio.
Acerque mi mano a la tuya y me apretaste fuerte, como si no quisieras soltarte. Yo, francamente, no queria que me soltaras. Y abriste un poquitito sus ojos.
Yo ya no me sentía celosa ni infeliz.
Simplemente sabía que yo soy parte de ti y tu eres parte de mi.
Desde entonces. Y para siempre.